domingo, 5 de febrero de 2012

¿Qué significa ser un “emprendedor”?


La palabra “emprendedor” con frecuencia se asocia con la persona que lanza un negocio. Sin embargo, es una asociación muy pobre para un término mucho más amplio.
Los orígenes del término son franceses, de “entrepreneur“, que significa literalmente alguien que se compromete a algo y lo lleva a cabo. En el siglo XVII se usaba para identificar a aventureros que estimulaban el progreso económico encontrando nuevas maneras de hacer las cosas.
Los emprendedores crean valor.
En el siglo XIX, Jean Baptiste Say, un economista francés, definía a los emprendedores como aquellos que “transfieren recursos económicos desde zonas de baja productividad y rendimiento a zonas de alta productividad y mayor rendimiento”. Ya en el siglo XX el austriaco Peter Drucker señalaba que el emprendedor no sólo crea impacto en la economía sino también en aspectos sociales, políticos, tecnológicos y científicos. Por ello, agregó a la definición el hecho de que el emprendedor “busca el cambio, responde a él y lo explota como una oportunidad, utilizando la herramienta de la innovación, siempre con un propósito concreto y definido”. Para Drucker, no todos los pequeños negocios representan emprendimiento. Como ejemplo expone el caso de una persona que abre un restaurante de comida mexicana, algo que no conlleva nada innovador en ello ni está orientado al cambio.
Una definición más actual del término, ampliada por Howard Stevenson, profesor en Harvard Business School, incluye el factor de los recursos. “La búsqueda o persecución de la oportunidad sin tener en cuenta los recursos que están actualmente bajo el control de uno mismo“. Los emprendedores movilizan los recursos de otros para cumplir sus objetivos.
http://www.creadess.org/emprendimiento/ique-significa-ser-un-emprendedor
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sábado, 4 de febrero de 2012

ECONOMIA


Los métodos tradicionales de marketing son cada vez menos eficaces, los consumidores exigen opciones cada vez más personalizadas y la necesidad de generar ofertas comerciales más socialmente justificadas está creciendo fuerte y sostenidamente.
Este modelo da lugar a nuevos problemas en el ámbito de la creación de valor. Los gerentes se deben enfrentar con cuestiones sociales cargadas emocionalmente y no cuentan con un conjunto de instrumentos aptos para enfrentar estos nuevos escenarios; además las compañías no tienen ninguna experiencia con estos nuevos tipos de problemas y no existe en las instituciones de educación empresarial una currícula que capacite sobre cómo enfrentar estas dificultades. La creciente relación entre “market share”– participación de mercado” y “heart share – participación en el corazón”, obliga a las empresas a tener una visión compartida: focalizarse simultáneamente en la información y en la imaginación y en la razón y en la emoción. El agregado del componente emocional amplía el alcance de la competencia. Términos tales como “Economía Experiencial” o “economía emocional” deben considerarse en este contexto.
Trataremos de explorar los cambios en la creación de valor de la sociedad y analizaremos los mecanismos que subyacen a estos cambios. Hasta hace poco, el concepto de creación de valor fue interpretado únicamente en términos financieros. Hasta 1750, la agricultura era el único sector encargado de la creación de valor en la sociedad. La mayoría de la población ocupada – en ese momento, un 90% – operaba en el sector agrícola, es decir, en la “economía agrícola”, hoy ese porcentaje ha decrecido a un 5% en Europa y menos de un 3% en Estados Unidos.
Durante el período de la Revolución Industrial, la mayoría de la población ocupada trabajaba en la industria (40% en su pico). En la actualidad, el proceso de automatización ha reducido esta tasa al 15%. En nuestros días el 80% de la población empleada se desempeña en el sector de los servicios y, en consecuencia, hablamos de una economía de servicios. Dada la evolución reciente de la automatización de los servicios llevada al extremo en todos los frentes, sin duda, se ha llegado ya a la culminación de esta economía.
La cuestión es cómo la economía va a evolucionar en el futuro. La progresiva creación de valor en el pasado fue: de las materias primas a los productos y de los productos a los bienes y servicios; en nuestros días, según algunos autores implicará la generación de “Experiencias, Percepciones” o, según otras opiniones “Sueños e Historias”. Pero en síntesis, la creación de valor en el futuro será de hecho más emocional e inmaterial y podrá tomar cualquier forma o marco: fórmulas vinculadas con el teatro o el entretenimiento, propuestas estéticas o de aprendizaje, historias con un guión basado en “nos preocupamos por…” vinculadas con valores sociales y culturales.
El término que engloba todas estas ideas es Economía Emocional; en consonancia con esta evolución, la expectativa es que en el futuro una parte creciente de la población empleada estará ocupada en la “esfera emocional”. Las claves de las profesiones emocionales se están convirtiendo en las claves de todas las profesiones. Esta evolución, además, sucede a un ritmo cada vez más vertiginoso. La sociedad agrícola duró aproximadamente 10.000 años, la sociedad industrial alrededor de 200 años y la sociedad de la información, que aparece como el resultado de un reflejo de la sociedad de la Experiencia o Emocional, suscitará un renovado modelo de negocios y en consecuencia un modelo de empleo necesariamente renovado. Contrariamente a todas las anteriores economías donde la creación de valor básicamente giró en torno a la dimensión del fin lucrativo, la creación de valor en la Economía Emocional será una mezcla de dos dimensiones: la individualidad de las personas y el beneficio percibido; se espera que las empresas asuman su responsabilidad y que operen desde esta nueva visión social amplia que incluye el beneficio percibido y la singularidad de cada uno de sus clientes.
Sobre la base de una serie de publicaciones recientes, se puede afirmar que la Economía Emocional se ha abordado desde diferentes perspectivas:
• Los autores americanos ponen el énfasis sobre el aspecto de “los beneficios tradicionales”. Sólo hablan de una Experiencia Económica si el cliente/huésped está dispuesto a pagar más por un servicio simple y si a partir de una adecuada Puesta Escenográfica vive experiencias sensoriales.
• Los autores europeos además de los beneficios tradicionales y contrariamente a la versión del modelo de la búsqueda del lucro como único objetivo empresarial, tienen en cuenta la dimensión de “los beneficios para la individualidad del cliente/usuario/huésped”. En este caso el punto de partida es otro tipo de empresa, la empresa como “tribu”, que apela a historias que tienen valor para el consumidor que nacen desde los valores del entorno social donde ellos se desenvuelven, la oferta está dirigida a su corazón y a sus sentimientos. Los productos/servicios (aspecto táctico o de corto plazo) están subordinados a la historia (aspecto estratégico o de largo plazo).

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PROCESOS

PROCESOS DIRECTIVOS BASICOS

Los procesos directivos básicos que se pueden adaptar a un sistema directivo a cualquier tipo de negocio son:
1.     Establecimiento de objetivos: decidir sobre el negocio a los cuales la compañía se dedicara, y otros factores importantes que guíen y caractericen al negocio, como el crecimiento continúo.

2.     Estrategia de planeación: desarrollar conceptos, ideas y planes para lograr objetivos con éxito y para enfrentarse y derrotar a la competencia. La planeación estratégica es parte del proceso completo de planeación el cual incluye la planeación directiva y operacional.


3.     Establecimiento de metas: decidir sobre metas a lograr dentro de un plazo más corto y de menor alcance que los objetivos, pero diseñados como objetivos secundarios específicos al abordar los planes operacionales para llevar a cabo la estrategia.

4.     Desarrollar la filosofía de la compañía: establecer las creencias, valores, actitudes y lineamientos reales que pueden agregarse a como se hacen las cosas aquí.

5.     Establecer las políticas: decidir sobre los planes de acción para guiar el desempeño de todas las actividades principales para llevar a cabo la estrategia de acuerdo con la filosofía de la empresa.

6.     Planear la estructura de la organización: desarrollar el plan de la organización que ayudan a las personas a unirse para desempeñar las actividades de acuerdo con la estrategia, filosofía y política.

7.     Proporcionar el personal: concentración, selección y desarrollo de personas para ocupar los puestos determinados en el plan de la organización.

8.     Establecer los procedimientos: determinar y prescribir como se llevan a cabo todas las actividades importantes y rutinarias.

9.     Proporcionar instalaciones: proporcionar planta, equipo y otras instalaciones físicas necesarias para llevar a cabo el negocio.

10.  Proporcionar el capital: asegurarse de que le negocio disponga de fondos y créditos necesarios para las instalaciones físicas y el capital de trabajo.

11.  Establecimiento de normas: fijar las medidas de desempeño que permitan de la mejor manera al negocio lograr sus objetivos a largo plazo con éxito.

12.  Establecer los programas directivos y lo planes operacionales: desarrollar programas y planes que dirijan las actividades y el uso de recursos que permitan que las personas realicen sus objetivos particulares.

13.  Proporcionar información controlada: proveer hechos y números para ayudar a las personas a seguir la estrategia, políticas, procedimientos y programas; estar al pendiente se las fuerzas laborales exteriores e interiores; y medir su propio desempeño contra los planes establecidos y las normas.

14.  Motivar al personal: dirigir y motivar a la gente de manera que actué de acuerdo a la filosofía, políticas, procedimientos y normas para realizar los planes de la compañía.

Todos estos procesos, sin excepción, están en una u otra forma comprendidos dentro del proceso de la planeación estratégica normal. Sin embargo, las responsabilidades y acciones directivas en algunos de los procesos van más allá de la planeación misma.    
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miércoles, 1 de febrero de 2012

DIRECCION

DIRECCION ESTRATEGICA

La planeación estratégica  esta entrelazada de forma inseparable al telar de la dirección; asimismo no se la puede separar ni difiere del proceso directivo.
La planeación no puede diferenciarse en forma real del resto  del proceso administrativo…
La planeación no puede ser separada de ciertas funciones  administrativas, como por ejemplo: la organización; dirección; motivación y el control.
Aunque se sabe que cada una de estas funciones o elementos se pueden definir y contrastar  entre si, desde el punto de vista del ejecutivo no es adecuado, en términos de su rutina diaria, semanal o anual, separar en partes y examinar cada uno como un fenómeno individual, ya que su función como analista esta relacionada con aquella como organizador, director, etc., dentro del telar ilimitado de la dirección.
Ningún director esta cumpliendo por completo con sus responsabilidades al descuidar la planeación estratégica, ya que esta es una función y responsabilidad de todo directivo a todos niveles dentro de una organización. Sin embargo, es obvio que las responsabilidades de la planeación de los directores variaran en forma importante de acuerdo con los diferentes tipos de organización y niveles de organización.
Existen dos tipos de Dirección: uno es el que no se lleva acabo en los niveles mas altos de una estructura organizacional, al cual se denomina dirección estratégica y todos los demás que pueden ser llamados dirección operacional.
La planeación estratégica es el apoyo determinante para la dirección estratégica, por supuesto que no es todo el proceso de dirección estratégica sino que solo es un factor principal en la dirección en la misma.
Se conoce que  la dirección estratégica y operacional está fuertemente ligadas; la dirección estratégica proporciona una guía, dirección y límites para la operacional, siendo así, la planeación estratégica esta relacionada con las operaciones. Sin embargo, el enfoque y el énfasis de la planeación y de la dirección estratégica se concentran más en la estrategia que en las operaciones.
Una empresa puede superar el uso ineficiente de recursos internos siempre y cuando su estrategia básica sea excelente, pero no podrá sobreponerse fácilmente a estrategias equivocadas aun teniendo una producción y distribución excelentes, por supuesto, la situación ideal para una organización e la de diseñar estrategias excelentes y de implementarlas de manera eficiente.



DEBERES DEL ALTO DIRECTIVO
Los deberes de un alto directivo es el de ponerse en la misión del negocio. O sea ¿Qué es nuestro negocio y que debería ser? Esto nos lleva al establecimiento de objetivos, el desarrollo de estrategia y planes y la toma de decisiones de ahora para los resultados del mañana. Esto solo puede hacer alguien en la empresa que puede visualizar el negocio por completo, toma de decisiones que lo afecten, evaluar los objetivos y las necesidades actuales y futuros y que puedas distribuir los recursos humanos y monetarios para obtener resultados claves.
Los demás deberes de la alta gerencia, son por ejemplo: el establecer normas para las funciones  reales; crear y mantener la organización humana; satisfacer las responsabilidades concernientes a las relaciones que solo los ejecutivos en el nivel mas alto de la organización pueden establecer y mantener, tales como: clientes principales; proveedores muy importantes o banqueros; participar en las relaciones publicas, por ejemplo, en eventos cívicos; y ser la reserva durante grandes crisis.



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martes, 24 de enero de 2012

¿QUE ES LA ESTRATEGIA?

¿QUE ES LA ESTRATEGIA?
(Michel E. Porter)

Es muy fácil que sus rivales copien sus mejoras en calidad y eficiencia.
Sin embargo no debieran poder copiar su posicionamiento estratégico,
pues es lo que distingue a la compañía de los demás.

Las numerosas actividades envueltas en la creación, la producción, la venta y la entrega de un producto o servicio  constituyen las unidades básicas de la ventaja competitiva. La eficacia operativa implica desarrollar esas actividades mejor que los rivales, es decir, más rápido o con menos esfuerzo y menos defectos.
Las compañías pueden beneficiarse enormemente de la eficacia operativa, con prácticas como la administración de calidad total y las mejoras continuas. Pero el problema de la eficacia operativa es que las mejores prácticas pueden ser copiadas fácilmente.
Las compañías deben ser flexibles para poder responder rápidamente a los cambios en la competencia y el mercado. El posicionamiento, ha sido desestimado por no ser lo suficientemente dinámico para los mercados actuales y los cambios tecnológicos.
La búsqueda de productividad, calidad y velocidad ha entregado una notable cantidad de técnicas y herramientas de gestión: administración de calidad total, realización de benchmarks, competencia basada en parámetros de tiempo, outsourcing, reingeniería, asociaciones y el manejo de los cambios. Aunque a menudo han obtenido enormes mejoras operativas, muchas compañías esta inconformes porque no han podido traducir esas mejoras en una rentabilidad sustentable. Y poco a poco, de manera casi impredecible, las herramientas de administración han sustituido la estrategia.
Tanto la eficacia operativa como la estrategia son esenciales para un desempeño superior, el que, después de todo, sigue siendo la principal meta de cualquier empresa.
Una compañía podrá superar el desempeño de sus rivales solo si logra establecer y mantener la una diferencia. Debe proporcionar mayor valor a los clientes o debe generar un valor similar a un costo menor; o incluso ambas cosas.
Proporcionar un valor mayor permite que una compañía aumente el precio promedio por unidad; una mayor eficiencia permite disminuir el costo promedio por unidad. Todas las diferencias de costos y precios entre compañías se deben a los cientos de actividades requeridas para crear, producir, vender y entregar sus productos y servicios.
Los costos nacen al desarrollar ciertas actividades, y las ventajas en los costos se logran a través de un desempeño más eficiente que el de los competidores en ciertas actividades específicas.
La eficacia operativa implica superar  el desarrollo de los competidores en la ejecución de actividades similares; no se limita a la mera eficiencia, si bien la incluye; permite que una compañía utilice mejor sus insumos a través de la disminución de las deficiencias de los productos o el rápido desarrollo de mejores productos. El posicionamiento estratégico implica desarrollar actividades diferentes a las que desarrollan los competidores, o ejecutar actividades parecidas de manera diferente.
Algunas compañías son capaces de obtener mejor rendimiento de sus entradas porque pueden eliminar el derroche de esfuerzos, emplear tecnología mas avanzada, motivar mejor a los empleados o abordar la gestión de una actividad particular o de un conjunto de actividades desde una perspectiva.
Con la esperanza de no quedarse atrás respecto a los cambios, los gerentes han abocado a mejoras continuas, entrega de facultades, administración de los cambios y a las así llamadas organizaciones que aprenden.
Para alcanzar una rentabilidad superior es necesario mejorar constantemente la eficacia operativa, pero, no es suficiente. Porque competir sobre la base de la eficacia operativa durante un periodo de tiempo considerable, y mantenerse en la delantera frente a los competidores es cada día más difícil. Los competidores pueden imitar rápidamente las técnicas de gestión; las nuevas tecnologías; las mejoras en las entradas y las mejores maneras de satisfacer las necesidades de los clientes. La competencia basada en solo en la eficacia operativa es perniciosa para todos los involucrados, y conduce a guerras corrosivas que solo pueden ser detenidas limitando la competencia. Gradualmente, los gerentes han permitido que la eficacia operativa reemplace la estrategia. Las consecuencias son una competencia cuya suma es nula, precios estáticos o decrecientes y presiones en los costos que disminuyen la capacidad de las compañías para invertir a largo plazo.
La estrategia competitiva tiene que ver con ser distinto.  La mayoría de los gerentes describen el posicionamiento estratégico en función de sus clientes, ejecutar las actividades de manera diferente o realizar actividades diferentes a las de los rivales. Para  diferenciarse de los rivales es en la forma de desempeñar las actividades.
El posicionamiento puede estar orientado a producir un subconjunto de los productos o servicios de una industria. Es lo que se llama posicionamiento orientado a la variedad pues mas que apoyarse en los segmentos de los clientes se apoya en la elección de las variedades de productos o servicios. El posicionamiento orientado a la variedad tiene sentido económico cuando una compañía puede producir de mejor forma productos o servicios particulares empleando en conjuntos distintivos de actividades.
La competencia estratégica se puede considerar  como el proceso de percibir nuevas posiciones que captan a los clientes en posiciones ya establecidas o que atraen a nuevos clientes al mercado. Como, las grandes tiendas que ofrecen gran variedad de mercancías para sola una categoría de producto, obtienen participación de mercado de las tiendas por departamentos con una amplia línea que ofrecen una selección mas ilimitada en muchas categorías.
Por lo general los posicionamientos estratégicos no son obvios, y encontrarlas requiere creatividad y perspicacia. A diferencia de las compañías ya establecidas, los nuevos competidores pueden ser más flexibles dado que no enfrentan compensaciones con sus actividades existentes.
Otro criterio para el posicionamiento es el satisfacer, todas las necesidades de un grupo particular de clientes, o al menos la mayoría de ellas, esto es lo que se llama posicionamiento basado en las necesidades se acerca mas a los conceptos tradicionales de segmentación de grupos objetivo. Surge cuando existe un grupo de clientes con necesidades diferentes y cuando se diseña un conjunto de actividades en orden a satisfacer mejor sus necesidades. Una variante de este posicionamiento se produce cuando un mismo cliente tiene necesidades diferentes en distintas oportunidades o frente a distintas transacciones.
De manera intuitiva, la mayoría de los gerentes estructuran sus negocios en función de las necesidades de los clientes que van a satisfacer. Las diferencias entre las necesidades no se traducen en posicionamientos significativos a menos que el mejor conjunto de actividades que las satisfagan también sea diferente. Si eso no sucede, todos los competidores pueden satisfacer las mismas necesidades y el posicionamiento no tendría nada de exclusivo o valioso.
El ultimo criterio para el posicionamiento es la segmentación de clientes según los métodos empleados para acceder a el. Aunque sus necesidades son similares a las de otros clientes, la mejor manera de diseñar las actividades para  llegar a ellos es diferente, esto se conoce como posicionamiento basado en el acceso. El acceso puede depender de la geografía o del número de clientes, o de cualquier otro factor que determine cual es el mejor conjunto de actividades destinadas a acceder a los clientes.
El posicionamiento no consiste solo en identificar un nicho. Un competidor atento, ubica las necesidades de un subgrupo y diseña sus actividades en función de ellas. Los competidores atentos logran mejores utilidades cuando encuentran un grupo que recibe demasiados servicios por parte de competidores cuyos criterios se segmentación son mas amplios, o cuando el servicio es deficiente. Un competidor con criterios, atiende una gran cantidad de clientes, ejecutando una gran cantidad de actividades diseñadas para satisfacer sus necesidades comunes. Las necesidades mas idiosincráticas de un grupo particular son ignoradas a satisfechas solo parcialmente.
Cualquiera sea el criterio – variedad, necesidades, acceso o alguna combinación de los tres, el posicionamiento requiere ajustar un conjunto de actividades, pues siempre dependen de las diferencias por el lado de la oferta; es decir, diferencias en las actividades. Sin embargo, el posicionamiento no siempre es una función de las diferencias en el lado de la demanda, o de consumidor. Las diferencias en los posicionamientos basados en la variedad y el acceso con frecuencia implican diferencias en las necesidades.
Después de definir el posicionamiento podemos contestarnos la pregunta: ¿Qué es la estrategia? La estrategia es la creación de un posicionamiento exclusivo y valioso, e implica un conjunto diferente de actividades. Las compañías tendrán una simple obligación: descubrirla antes que las demás y apoderarse de ellas. La esencia del posicionamiento estratégico es elegir actividades diferentes a las ejecutadas por los rivales.  Si un mismo conjunto de actividades satisfacen todas las necesidades y sirviera para acceder a todos los clientes, las compañías podrían fácilmente moverse dentro de ese espectro y la eficacia operativa determinaría el rendimiento.
La elección de un posicionamiento único, no obstante, no es suficiente para asegurar una ventaja sostenible. Un posicionamiento valioso esta sujeta  a la eventual imitación por parte de ventaja sostenible, los que para copiarlo probablemente recurran a una de dos formas posibles. En primer lugar, un competidor puede reposicionarse para igualar el desempeño de quien lo ha superado. Una segunda clase de imitación, mucho más común, es el solapamiento de actividades. Con este procedimiento se busca igualar los beneficios obtenidos por un posicionamiento exitoso sin por ello abandonar el que ya se posee. Se injertan nuevas características, tecnologías o servicios a las actividades que ya se desarrollan.
Pero un posicionamiento estratégico no es sustentable a menos que se realicen trade-off en otras posiciones. Las compensaciones se producen cuando las actividades no son compatibles. En términos simples, un trade-off implica que para tener algo, hay que tener menos de otra cosa. Los trade-off crean la necesidad de elegir y protegerse de quienes se reposicionan y de los que solapan actividades.
Los trade-off se deben a tres causas: lo primero es la inconsistencia en la imagen o la reputación. Una compañía conocida por proporcionar una clase de valor puede carecer de credibilidad o confundir a los clientes o incluso menoscabar su reputación, si proporciona otra clase de valor o intenta proporcionar simultáneamente dos cosas que no guarden relación entre si.
La segunda causa, mas determinante es que los trade-offs surgen de las actividades mismas. Posicionamientos diferentes requieren una distinta configuración de los productos, equipos diferentes, una conducta distinta por parte de los empleados, habilidades diferentes y sistemas de gestión distintos.
Normalmente cuando en relación a su uso, una actividad ha sido sobrediseñada o no lo suficiente, el valor se desintegra. Por ejemplo, si un vendedor fuera capaz de proporcionar un alto nivel de apoyo a un determinado cliente pero no pudiera proporcionarla ninguno a otro, parte del talento del vendedor junto a parte de sus remuneraciones estaría siendo desperdiciado en el segundo cliente. Al brindar constantemente un alto nivel de apoyo, un vendedor y toda la actividad de las ventas pueden alcanzar una eficacia relacionada con los conocimientos y la escala.   
Los trade-offs nacen de los límites en la coordinación y control internos. Al optar claramente por una forma de compartir y descartar las otras, la alta administración asienta las prioridades de la organización. Las compañías que intentan satisfacer todas las necesidades de todos los clientes, en cambio, se arriesgan a confundir a sus empleados, quienes intentan tomar las decisiones cotidianas sin un claro marco de referencia.
Los trade-offs en el posicionamiento determinan la competencia y son esenciales en la estrategia. Originan la necesidad de optar y limitan conscientemente el rango de lo que una compañía puede ofrecer. Impiden el solapamiento de actividades y el reposicionamiento, pues los competidores que adoptan esos enfoques debilitan sus estrategias y degradan el valor de las actividades que ya ejecutan.
Los falsos trade-offs entre costo y calidad se dan básicamente cuando se redunda en una tares o se trabaja en ella en vano, cuando el control y la precisión son deficientes o cuando la coordinación no es muy buena. La mejora simultanea de costos y diferenciación solo se puede lograr cuando una compañía esta muy lejos de la frontera de productividad o cuando la frontera se expande.
La estrategia consiste en competir recurriendo a los trafe-offs. La esencia de una estrategia es optar por lo que no se hará. Sin los trade-offs no habrá necesidad de elegir ni habrá necesidad de estrategias. Todas las buenas ideas podrían y serian imitadas rápidamente. Una vez mas el desempeño dependería completamente de la eficacia operativa.
Las alternativas de posicionamiento no solo determinan que actividades va a ejecutar una compañía y como va a configurar cada una de las actividades, sino también como se van a relacionar entre ellas. Mientras que la eficacia operativa consiste en lograr excelencia en cada una de las actividades, o de las funciones, la estrategia tiene que ver con la manera de cómo hacer esas actividades. El ajuste estratégico genera ventajas competitivas y una rentabilidad superior.
La importancia del ajuste en las políticas funcionales es uno de los más antiguos conceptos en la estrategia. Sin embargo, ha sido paulatinamente dejado de lado. En lugar considerar la compañía como un todo, los gerentes se han vuelto hacia las competencias principales, los recursos críticos y los factores claves en el éxito. De hecho, el ajuste es un elemento que actúa sobre la ventaja competitiva de manera mucho más determinante de lo que la mayoría cree.
El ajuste es importante debido a que muchas veces las actividades discretas se determinan mutuamente. Una fuerza de ventas altamente capacitadas, por ejemplo, proporciona ventajas mayores cuando el producto de la compañía involucra tecnología de alta calidad y su enfoque de marketing da prioridad a la asistencia y el soporte. Aunque existe un ajuste genérico entre las actividades que puede servir para muchas compañías, el ajuste más valioso es el específico y particular de una estrategia, pues mejora una posición de exclusividad y amplifica los trade-offs.
Hay tres tipos de ajustes. El primero es la simple consistencia entre cada actividad (función) y la estrategia global. La consistencia asegura que las ventajas competitivas de las actividades  se acumulen y no se debiliten o se anulen entre si. Permite que sea más fácil comunicar la estrategia a los clientes, los empleados y los accionistas, y mejora la implementación gracias a la uniformidad de criterios y enfoque dentro de una compañía.
El segundo ajuste se da cuando las actividades son reforzantes. Se debe a acciones en diferentes campos que realiza una compañía para dar a conocer sus productos y asegurarse que haya más consumidores. Unas actividades refuerzan a otras y así entre un conjunto de maniobras hacen que haya más rentabilidad.
La tercera clase de ajuste supera el refuerzo de la actividad hasta llegar a lo que se le llama la optimización de los esfuerzos. La coordinación y el intercambio de información en todas las actividades, para eliminar así la redundancia y minimizar el derroche de esfuerzos, son los tipos básicos de optimización de los esfuerzos, si bien también existen niveles más altos. Las alternativas en el diseño de los productos, por ejemplo, puede evitar la necesidad de servicios posventa, o permitir que los clientes efectúen actividades desde el inicio por si mismos. De modo similar, la coordinación con los proveedores a los canales de distribución puede eliminar la necesidad de algunas actividades efectuadas al interior de la organización, como la capacitación del usuario final.
En los tres tipos de ajuste, el conjunto es más importante que cualquiera de los elementos que lo componen. La ventaja competitiva surge de un sistema completo de actividades. El ajuste  entre las actividades reduce sustancialmente los costos o aumenta la diferenciación. Más allá de eso, el  valor competitivo de las actividades específicas no puede ser separado del sistema o de la estrategia.  Así, en las compañías competitivas, explicar el éxito puntualizando fortalezas específicas, competencias principales o recursos críticos puede llevar a errores. La lista de fortalezas atraviesa muchas funciones y una fortaleza se combina exitosamente con otras. Resulta más provechoso pensar en términos de temas que afectan varias actividades, como por ejemplo los bajos costos, una determinada noción de servicio al cliente o una determinada concepción del valor que se está entregando. Estos temas están contenidos en grupos de actividades estrechamente relacionadas.
El ajuste estratégico entre las actividades es fundamental no solo para obtener una ventaja competitiva, sino también para lograr la sustentabilidad de esa ventaja. A los rivales les cuesta mas igualar un conjunto de actividades entrelazadas que igualar un enfoque particular para la fuerza de ventas o una tecnología de proceso o reproducir un número determinado de las características del producto. Las posiciones cimentadas en sistemas de actividades son mucho más sustentables que las cimentadas en actividades aisladas.
Las compañías ya existentes que intenten reposicionarse o solapar actividades se verán obligadas a reconfigurar muchas actividades. Hasta las compañías que ingresen a la industria, a pesar de no enfrentar los trade-offs que afecten a los rivales ya asentados, deben lidiar con obstáculos considerables a la hora de imitar. Mientras mas descanse el posicionamiento en los sistemas de actividades, en ajustes de segunda y tercera clase, más sustentable será su ventaja. Normalmente, debido a su naturaleza misma, desentrañar estos sistemas desde fuera de la organización, por lo que son difíciles de imitar,  e incluso si los rivales pudieran identificar las interconexiones relevantes, les seria difícil reproducirlas. Lograr el ajuste es difícil, ya que requiere integrar decisiones y acciones a través de muchas sub-unidades independientes. Un competidor que busque igualar un sistema de actividades no saca provecho al imitar tan solo algunas actividades y no igualar la totalidad del sistema. El desempeño no mejora en nada; puede bajar.
Por ultimo el ajuste de actividades de una compañía genera presiones e incentivos para aumentar la eficacia operativa, lo que dificulta aun más la imitación. El ajuste implica que un desempeño bajo en una de las actividades disminuirá el desempeño en otras, de modo tal que las debilidades queden al descubierto y son mas propensas a recibir atención. Por lo contrario, las mejoras en una actividad pagan dividendos en otras. Las compañías con un solido ajuste entre las actividades rara vez invitan a la imitación. Su superioridad en la estrategia y en la ejecución solo aumenta sus ventajas y las dificultades que enfrentan sus imitadores.
Cuando las actividades se complementan mutuamente, los competidores solo obtienen provecho de la imitación si logran imitar exitosamente la totalidad del sistema. En estas circunstancias, se tiende a producir situaciones de competencia en las que le ganador se queda con todo. Gana la compañía que estructure el mejor sistema mientras que sus rivales se quedan atrás. Si muchas veces es preferible desarrollar un nuevo posicionamiento estratégico antes que ser el segundo o tercer imitador en un posicionamiento ya ocupado.
Los posicionamientos mas viables son aquellos cuyos sistemas son incompatibles debido a los trade-offs. El posicionamiento estratégico establece las reglas de los trade-offs que definen de que manera se configuran e integraran cada una de las actividades. Al pensar en la estrategia en términos de sistemas de actividades queda aun mas claro por que la estructura, los sistemas y los procesos de la organización deben ser específicos en función de la estrategia. A su vez, ajustar una organización a una estrategia permite que sea mas fácil lograr la complementariedad y contribuye a la sustentabilidad.
Esto implica que las perspectivas de los posicionamientos estratégicas debieran abarcar diez años, o más y no limitarse a un solo ciclo de planificación. La continuidad fomenta las mejoras en cada una de las actividades y el ajuste entre ellas, permitiendo que una organización genere capacidades y habilidades exclusivas ajustadas a su estrategia. La continuidad refuerza la identidad de una compañía. Por el contrario los frecuentes cambios en el posicionamiento son costosos. No solo obligan a la compañía a reconfigurar actividades separadas, sino que además la obligan a realinear la totalidad de los sistemas. Los frecuentes cambios en la estrategia, o la incapacidad de optar por un posicionamiento distintivo, originan que la configuración de las actividades resultante sea igual a la que entrega la competencia o tenga un carácter proteccionista, además de inconsistencia entre las actividades.
Entonces la estrategia es crear un ajuste entre actividades de una compañía. El éxito de una estrategia depende de hacer bien muchas cosas, no tan solo unas pocas, y la integración que se produzca entre ellas. Si no hay un ajuste entre actividades, no hay una estrategia distintiva y la sustentabilidad no es muy alta. La gestión vuelve a ser la simple tarea de supervisar funciones independientes, y la eficacia operativa determina el desempeño relativo de una organización.
Es común pensar que las amenazas a la estrategia provengan de fuera de la compañía y se deban a cambios en la tecnología o en la conducta de los competidores. Si bien puede ocurrir que el problema sean los cambios externos, la mayor amenaza a la estrategia proviene desde el interior de la organización. Una estrategia sana se debilita debido a una evolución equivocada de la competencia, fallas organizacionales y particularmente debido al deseo de crecer.
Puede parecer que una compañía bien dirigida debería se capaz de ganarle a sus competidores ineficaces en todas las dimensiones a la vez. Los gerentes han aprendido de pensadores muy populares en la gestión que tienen que efectuar trade-offs es señal de debilidad.
La búsqueda de la eficacia operativa es seductora debido a que es concreta y puede ser llevada a la acción. Los programas de eficacia operativa generan un progreso tranquilizador si bien la rentabilidad superior puede resultar esquiva. Entrampados en la carrera por la eficacia operativa, muchos gerentes simplemente no comprenden la necesidad de tener una estrategia.
La realidad de las organizaciones también atenta contra la estrategia. Los trade-offs provocan temores, y muchas veces se prefiere no tomar ninguna decisión a arriesgarse a cargar con la culpa de una mala elección. Las compañías se imitan mutuamente en una suerte de comportamiento de rebaño, suponiendo además que los competidores saben algo que ellas desconocen.
WHAT
Tomado de Michel E Porter.
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domingo, 8 de enero de 2012

LIDERAZGO

Las culturas deben responder al tipo de industrias, pues de ello depende que la innovación y la creatividad fluyan.

En la búsqueda de mejorar la productividad y alcanzar metas empresariales, el mundo del desarrollo organizacional y de la gestión del talento humano vive experimentando metodologías que lo hagan posible.

Precisamente, Portafolio habló con Cobie Langerak, una experta internacional en estos temas, quien pertenece al grupo de Consulta del Gobierno de los EE. UU, y es presidente de Triaxa Partners.
Está empresa filial de Team Resources compañía consultora especialista en cultura y desarrollo organizacional la invitó a Colombia, en días pasados, para una serie de conferencias con sus clientes.
Cabe decir que Langerak ha sido parte de grupos directivos de multinacionales como Phillips International y Baxter Healthcare, aplicando sus conocimientos sobre el movimiento de la cultura empresarial a través de los líderes.
¿Cuáles son las características de un líder empresarial?
Pensando en productividad son muchas las dimensiones y cambian según la industria. Las compañías necesitan líderes dependiendo de si tiene un producto de gran demanda o si hay que crear dicha demanda, es decir, la necesidad de ese producto.
En el caso de los computadores hay que enseñarle a la gente a que quiera el Ipad.
En tal caso, se requieren líderes de muy alta capacidad; en segundo lugar, se necesita muy buen talento en la gente que hace el trabajo, y tercero, debemos propiciar el entorno, la cultura, los procesos adecuados y las condiciones para que las personas tengan éxito.
¿Cómo modelar una cultura hacia la productividad?
.Hay grandes diferencias en materia de productividad que depende de la calidad, velocidad e innovación para hacer el trabajo, y de la forma de mantenernos innovadores en el mercado. Yo creo que los tres aspectos se logran de maneras diferentes.
Además, existen tres variables (estrategia, cultura y las personas), desde la perspectiva de los líderes, los gerentes y directivos, que son los que guían a las empresas al desarrollo, pero para que ese proceso sea efectivo en bien de la productividad.
Se debe generar una cultura organizacional capaz de propiciar la creación, dando a las personas las herramientas para ello, empoderándolas como líderes capaces de innovar.
Igualmente, esas personas deben tener mucho de lo que llamo liderazgo distribuido, que la gente sepa que puede ayudar a pensar en estrategias, no sólo los 10 que están en las oficinas estudiando alternativas. Se necesita tanto la expectativa como la responsabilidad para promover nuevas ideas y lograr los objetivos.
¿Esta mentalidad es aplicable al caso de las pyme?
En realidad es mucho más fácil ser de alto desempeño cuando uno está en una empresa pequeña o mediana. Tal vez es más difícil de hacer cuando las compañías son muy grandes, por ello muchas deciden dividirse y hacerse más pequeñas, para explorar la creatividad y la velocidad, detectando la gente que dialoga, que dinamiza su trabajo y es diferente en la forma de hacerlo.
Esta es una oportunidad grande que tienen ustedes con el modelo de empresas pequeñas. No tienen ese legado de las grandes administraciones burocráticas y se puede acelerar así la innovación.
¿Cómo evolucionar con el mercado?
Lo más importante es comprender que uno debe inventarse día tras día con la evolución del mercado. Si hay algo que el mercado no puede cambiar son las cosas internas, pero la gente es susceptible de cambio.
Cuando el mercado se mueve rápidamente uno tiene que reinventarse. Miremos, en las ventas, ya las páginas amarillas no se usan, las compras se hacen por Internet. Los líderes deben actuar hoy y no enfocarse tanto en crear el futuro, pues están descuidado el presente.
INNOVAR, FÓRMULA DEL CAMBIO
Existen muchas formas de activar el rendimiento y una es a través de la cultura. Igualmente, hay tres cosas que afectan la productividad: el liderazgo, el talento y la cultura.
Ahora, si hablamos de cultura tenemos que analizar si ella está propiciando o truncando los procesos, para lograr una concordancia entre lo que se quiere hacer y lo que se está haciendo.
Cuando se quieren objetivos estratégicos y no se logran hay que evaluar si la cultura empresarial está deteniendo el logro de esos objetivos.
Algunas culturas te echan hacia atrás, impiden alcanzar las metas y detienen el progreso. En esos casos, aunque existe una cultura, no está diseñada a propósito sino por defecto, y es por ello que no se saca lo mejor del talento humano para lograr los propósitos que se quieren con la estrategia.
La clave está en diseñar la estrategia pensando en el tipo de compañía, es decir, si se trata del campo de la alta tecnología o de la innovación médica, no puedes tener mucha jerarquía en la toma de decisiones, pues se detienen la innovación la inventiva.
Necesitas una cultura en la que los líderes tomen decisiones y dinamicen cambios. Si las decisiones son de la alta jerarquía y se castigan los errores, esa cultura genera miedo y no soporta la estrategia.
ASTRID LÓPEZ ARIAS.
 Fuente: http://www.creadess.org/cultura-organizacional/el-liderazgo-transforma-la-cultura-de-las-empresas
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EMPRESARIO

Empresario es la persona que ejercita una empresa. Una empresa es un especial modo de desarrollar una actividad económica. Empresario y empresa son conceptos correlativos, no pudiendo existir el uno sin el otro. A lo largo del tiempo, los conceptos, siendo distintos parecen haberse fusionados, en cuanto que en el lenguaje ordinario se utilizan indistintamente.
La justificación de ello se encuentra en el hecho de que el empresario personaliza a su empresa. Pero, es el empresario para el Derecho español, el que asume las consecuencias jurídicas del tráfico jurídico. Tan es así, que el empresario se convierte en figura central sobre la que se desenvuelven el resto de instituciones jurídico-mercantiles. El término empresario, no penetra decisivamente en el ordenamiento positivo español, hasta la publicación del Reglamento del Registro Mercantil en 1956, en el que es empleado en múltiples ocasiones, como sinónimo del concepto hasta entonces imperante en el Derecho mercantil, el de comerciante.

Empresa y empresario son pues, los conceptos de referencia no sólo en la doctrina económica, sino también en el Ordenamiento jurídico español. El Derecho tomó de la ciencia económica el concepto de empresa y lo definió como la organización de los factores de la producción, capital y trabajo, con una finalidad de lucro. El fin perseguido por la actividad desarrollada por el empresario, se caracteriza por la producción de bienes o el cambio de los mismos y la prestación de servicios, en el mercado. La empresa se gestiona por el empresario para satisfacer la demanda del mercado. Con todo ello, estamos en disposición de definir a la empresa, siguiendo las pautas del profesor Rodrigo Uría, como «el ejercicio profesional de una actividad económica organizada, con la finalidad de actuar en el mercado de bienes y servicios».
Y aunque en la definición se omite, la indicada finalidad es doble, a la intermediación en el mercado hay que sumarle inexorablemente, la obtención de una ganancia. Sin ella, las empresas en el sentido conocido en occidente, no existirían. Siendo lo expuesto la ortodoxia, lo comúnmente aceptado, los ideólogos de la izquierda, a los que se le revuelven las tripas cuando escuchan hablar de empresas, empresarios, capital, ganancias, dividendos y otras tantas cosas en las que se basa la economía de mercado imperante en todo el mundo, han pretendido poner en uso el concepto del emprendedor, para diferenciarlo del de empresario, satanizando entonces este, mientras se jactan de advertir todo un cúmulo de bondades al otro. Así, se ha descrito el término últimamente como aquel que innova, es flexible, dinámico, capaz de asumir ciertos riesgos.Pero curiosamente, eso de intermediar en el mercado y la finalidad de la obtención del lucro, que serían caracteres naturales a atribuir al «emprendedor» son obviados, para darles un halo de romanticismo y de buenismo. Y así, construir un concepto ideologizado para su uso contrapuesto al de empresario. El término emprendedor, ni mucho menos es reciente, sino todo lo contrario. Lo reciente es el uso perverso del mismo. En un principio, se utilizaba hace siglos, para referirse a los militares que hacían la guerra con una finalidad empresarial-comercial.
Sentido que evolucionó y pasó a tener connotaciones comerciales casi exclusivamente. La palabra fue definida por primera vez en el Diccionario de autoridades de 1732 como «la persona que emprende y se determina a hacer y ejecutar, con resolución y empeño, alguna operación considerable y ardua. En aquellos tiempos, corría la época de la Ilustración, La Enciclopedia francesa se refería a él y «se dice por lo general del que se encarga de una obra, un emprendedor de manufacturas, un emprendedor de construcciones, un manufacturador, un albañil contratista». Es decir, los franceses a diferencia de los españoles, relacionaban el concepto con la persona que obtiene un contrato con otros y está a cargo de su ejecución, lo que en España se denominaba en aquellos tiempos «maestros de obra». Desde 1755, Cantillón otorga al término «entrepreneur» o emprendedor, el carácter de tomador de riesgos en lugar de salarios. Fue Jean Baptiste Say, quien en 1803 lo generalizó como tomador de riesgos económicos, en su Tratado de Economía Política, y cuando fue traducido al castellano, el termino originario «entrepreneur», se tradujo como empresario. Aseverando que era este el que dirigía una empresa, actuando como intermediario entre el capital y el trabajo. Notó que es raro que tales empresarios sean tan pobres que no posean siquiera parte del capital que emplean. Esta concepción perduró hasta comienzos del siglo XX.
El cambio conceptual tiene lugar con Joseph Shumpeter, quien sugiere que invenciones e innovaciones son la clave del crecimiento económico y quienes implementan ese cambio de manera práctica son los emprendedores. El «entrepreneur» o emprendedor, pasa de ser principalmente un tomador de riesgos económicos, en general, a un innovador. Queda suficientemente clara, la apropiación inadecuada del término, por su mal uso, por la progresía española, sindicatos incluidos, que demandan emprendedores, como la solución a la crisis de empleo que padecemos. Aquí lo que hacen falta son muchos empresarios, convencidos de su condición. Una sociedad, la española que modifique la concepción que sobre los mismos se debe tener, ya que son los únicos con capacidad para generar empleo y sacarnos de la podredumbre a donde nos ha llevado este gobierno. Y una última cosa. El reconocimiento merecido de la sociedad española al término empresario, debiera exigir la retirada inmediata del contenido existente al efecto en el bodrio de «Educación parea la Ciudadanía», donde se sataniza el concepto y se ensalza el del Estado de forma demagógica e insultante, que sólo pueden distorsionar la mente de los escolares españoles.
FERNANDO SICRE GILABERT.

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DESARROLLO HUMANO

DESARROLLO A ESCALA HUMANA (Manfred A. Max-Neef)

Abandono frente a un estilo de desarrollo que ha revelado ecológicamente malo socialmente perverso y políticamente injusto es lo que caracteriza este fin de siglo. Los flacos e injustos resultados económicos, son la contraparte de los deterioros realizados, estas son corrientes de movimientos sociales.
La panacea liberal que se les ofrece a nuestros pueblos no es capaz de garantizar un desarrollo ecológicamente sostenible, socialmente justo y políticamente  viable. La creciente inoperancia del estado para resolver los problemas ecológicos podrá llevar a formas inéditas de autogestión comunitarias.

CRISIS DE PROPUESTAS Y CRISIS DE UTOPIAS.
La perplejidad nos ha mantenido en un espacio de callejón sin salida, que bloquea el paso hacia soluciones imaginativas, novedosas y audaces.
Hay una especie de temor paralizante que inhibe el diseño de caminos radicalmente distintos que nos pudiera sacar de este embollo. No vemos más allá de nuestras narices. No somos capaces de tomar iniciativas que lleven a un desarrollo para todos.
La magnitud de la crisis parece transcender nuestra capacidad de asimilarla e interiorizarla plenamente, no es una crisis clara. No solo es económica, ni solo social, cultural o política. De alguna manera es una convergencia de todas ellas, pero que, en su agregación resulta es una totalidad que es mas que la suma de sus partes. Únicamente nos preocupamos por el dinero, pero no vemos que la crisis es en conjunto.
En la política, se ve agudizada por la ineficiencia de las instituciones políticas frente a las acciones de las elites de poder financiero, por la internacionalización de las decisiones políticas y por la falta de control que la ciudadanía tiene sobre las burocracias políticas, un universo político  sin fundamento ético, la carrera armamentista y la falta de una cultura democrática arraigada en las sociedades latinoamericanas. Los políticos no ejercen ninguna presión hacia los empresarios de los bancos para que estos compartan un poco más sus inmensas riquezas con sus clientes, y así ellos también aporten un grano de arena en solucionar este inmenso problema.
Los gobiernos de hoy parecen estar más preocupados por llenar de armas a sus países, que por invertir en desarrollo en la población más vulnerable de sus regiones.
En lo social, la creciente fragmentación de identidades socioculturales, la falta de integración y comunicación entre movimientos sociales, la creciente exclusión social y política y el empobrecimiento de grandes masas, han hecho inimaginables los conflictos en el seno de las sociedades, a la vez que imposibilitan las respuestas constructivas a tales conflictos.
En lo económico, el sistema de denominación sufre actualmente cambios profundos, donde inciden de manera sustancial la mundialización de la economía, el auge del capital financiero, con su enorme poder concentrador,  la creciente participación del complejo militar en la economía de los países y los múltiples efectos de las sucesivas oleadas tecnológicas en los patrones de producción y consumo.
Todo esto sorprende a los países en desarrollo en condiciones de tremenda desventaja y los obliga (con la complicidad de gobernantes y clases dominantes) a enormes sacrificios y costos sociales para sanear sus sistemas financieros y pagar las servicios de deuda con las acreedores del mundo industrializado.

FRUSTACIONES DEL DESARROLLISMO Y DEL MONETARISMO
Durante el desarrollismos se conforma la cepal, BID, la alac, pacto andino.
Surgen los primeros argumentos y tesis solidas que apuntan a la defensa  de nuestras exportaciones afectadas por  un deterioro constante de los términos de intercambio.
En los 50s y 60s se habla de la cepal y el bid, los centros de poder del norte contra-argumentan, pero, por primera vez a la defensiva. Todo ello empieza a diluirse en la siguiente década y los organismos latinoamericanos empiezan  a perder identidad original, y empieza a aparecer el monetarismo neo-liberal.
El fracaso del desarrollismo se debió principalmente a su propia incapacidad para controlar los desequilibrios monetarios y financieros, especialmente la industria, y a que su enfoque del desarrollo, predominante económico, descuido otros  procesos sociales y políticos que comenzaban a emerger, especialmente después de la revolución cubana.
Si el desarrollismo fue generador de pensamiento, el monetarismo fue generador de recetas. El neoliberalismo fracaso en un periodo mucho más breve y de manera más estrepitosa.
Fracaso porque no era generador de desarrollo en el sentido amplio; sus supuestos de racionalidad económica son profundamente mecanicistas e inadaptables a las condiciones de los pobres, donde la miseria no puede erradicarse como consecuencia de la liberalización de un mercado del que los pobres se encuentran marginados; porque en mercados restringidos y oligopólicos, donde los grupos de poder económicos, su actividad económica se orienta con sentido especulativo, lo que deriva en resultados concentradores que son socialmente inaguantables.
Para el neoliberalismo, el crecimiento es un fin en si mismo y la concentración de aceptar como una consecuencia natural. Para el desarrollismo,  el crecimiento es una condición económica que conllevara desarrollo. Ambas suponen que la concentración estimula el crecimiento, mientras el neoliberalismo no ve la necesidad alguna de limitarla, el desarrollismos, que si le reconoce los límites, no logra controlarla.
Después de todos los fracasos, se dice que los ingresos se han duplicado, se han multiplicado las exportaciones; pero también es cierto que se agravo la pobreza en los sectores populares, algo mas del tercio de la población se debate entre el desempleo y el subempleo, el agravamiento de la vivienda, y una deuda externa impagable amenos que agravemos nuestra pobreza y agotemos nuestros recursos naturales hasta limites irreversibles.
En materia de percepción, un error grave, es pensar que la crisis económica latinoamericana es atribuible a la crisis externa. También es un error pensar que nuestra depresión es coyuntural. No es cierto que una recuperación  de la economía del norte no tendrá necesariamente efectos significativos para nuestra recuperación. Por eso es inevitable diseñar alternativas imaginativas pero variables.
Si el desarrollo futuro no podrá sustentarse en la expansión de las exportaciones (por las barreras descritas), ni en sustanciales aportes de capital foráneo por las dramáticas limitaciones que impone la deuda externa, la nueva concepción ha de orientarse inevitablemente hacia le generación de una creciente autodependiencia.

OBJETIVOS DEL DESARROLLO A ESCALA HUMANA.
Tal desarrollo se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de auto dependencia y en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y de la sociedad civil con el estado.
Necesidades humanas, auto dependencia y articulaciones orgánicas, son los pilares fundamentales que sustentan el desarrollo a escala humana.   
Facilitar una practica democrática mas directa y participativa puede contribuir a revertir el rol tradicionalmente semi-paternalista del estado latinoamericano, en el rol estimulador de soluciones creativas que emanen desde abajo hacia arriba y resulten, por lo tanto, mas congruentes con las aspiraciones reales de las personas.

ESTADO Y PARTICIPACION SOCIAL EN AMERICA LATINA
Surgieron procesos de desarrollo impulsados y controlados por las oligarquías nacionales. Su objetivo fue el desarrollo capitalista y la integración de mercados externos. Pero estas democracias excluyeron de la vida política a las masas populares, privándolas de canales de participación social o de presión política.
Los regímenes populistas-nacionalistas, intentaron combinar mayor participación popular con la formulación de proyectos nacionales homogéneos que permitieron una modernización mas ágil y solida de la nación. El principal aporte del populismo fue el reconocimiento de grupos sociales hasta entonces excluidos del concierto político.

DESARROLLO Y NECESIDADES HUMANAS
¿Cómo puede  establecerse que un modelo de desarrollo es mejor  que otro? Para eso se necesita un  indicador cualitativo, uno cuantitativo ya tenemos, es el PIB. ¿Cual podría ser? El mejor proceso de desarrollo será aquel que permita elevar más la calidad de vida de las personas. ¿Que determina la calidad de vida de las personas? La calidad de vida dependerá de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer sus necesidades humanas fundamentales. Cuales son las necesidades humanas fundamentales y quien deciden cuales son.
Se ha creído que las necesidades humanas son infinitas, que constantemente están cambiando, que varían de una cultura a otra y que son diferentes en cada periodo histórico. Esto parece ser un error conceptual.
Hay que definir la diferencia entre las propiamente necesidades y lo que son los satisfactores de esas necesidades.
Por una parte están las necesidades de ser, tener, hacer y estar; por otro lado están las necesidades de subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad, libertad.
Como por ejemplo, alimentación y abrigo no es una necesidad, sino como satisfactores de la necesidad fundamental de subsistencia.
Un satisfactor puede contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas necesidades, o una necesidad puede requerir varios satisfactores para ser satisfecha. Las necesidades humanas son finitas, pocas y clasificables. Las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los periodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas, es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.
Las necesidades se satisfacen en tres contextos: en relación con uno mismo, en relación con el grupo social, y en relación con el medio ambiente.
No Se debe hablar de pobreza, sino de pobrezas, porque si alguna de las necesidades humanas fundamental no es satisfecha revela una pobreza  humana. Las pobrezas pueden ser de: subsistencia, de protección, de afecto, de entendimiento, de participación, de identidad. Si las pobrezas rebasan los niveles críticos de intensidad y duración genera patologías. Los analistas económicos están de acuerdo que en el crecimiento generalizado, y la magnitud del endeudamiento externo, son los problemas mas importantes del mundo actual. En los países latinoamericanos hay que añadir la hiperinflación.
Cuando una persona entra en una cesantía prolongada cae en cuatro etapas; shock, optimismo, pesimismo, fatalismo. Si hay una cesantía prolongada perturba el sistema  de necesidades humanas de las personas. La cesantía prolongada causa patologías colectivas de frustración, para las cuales los tratamientos aplicados han resultado hasta ahora ineficaces.
Si el estado latinoamericano es capaz de dejar de generar satisfactores exógenos a la sociedad civil, y convertirse  en estimulador y potenciador de procesos emanados desde abajo  hacia arriba, es justamente uno de los propósitos principales del desarrollo a escala humana. Aumentar de los niveles de autodependencia local, regional y nacional debe entenderse como meta altamente prioritaria.
El rescate de la diversidad es el mejor camino para estimular los potenciales creativos y que existen en toda sociedad. Es aconsejable aceptar la coexistencia de distintos estilos de desarrollo regionales dentro de un mismo país, en vez de insistir en la prevalencia de estilos nacionales que han demostrado hasta eficientes para el enriquecimiento de algunas regiones a costa del empobrecimiento de otras. En las necesidades humanas fundamentales, ninguna necesidad es mas importante que otra, y que no hay un orden fijo en la actualización de las necesidades.
Son los países industrializados los que controlan la producción y comercialización de los insumos y productos de las tecnologías de punta y de gran parte de la producción  industrial. En razón de las múltiples dependencias, que las mismas inhiben un desarrollo orientado hacia la auto dependencia y la satisfacción de las necesidades humanas.
Es mediante la generación de autodependencia, a través del protagonismo real de las personas en los distintos espacios y ámbitos, que pueden impulsarse procesos de desarrollo con efectos sinérgicos en la satisfacción de dichas necesidades.
Entendida como un proceso capaz de fomentar la participación en las decisiones; la creatividad social; la autonomía política; la justa distribución de la riqueza y la tolerancia frente a la diversidad de identidades, la autodependencia constituye un elemento decisivo de la articulación de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología; de lo personal con lo social; de lo micro con lo macro; de la autonomía con la planificación y de la sociedad civil con el estado.
Desarrollo social y desarrollo individual no pueden darse de manera divorciada tampoco es razonable pensar  que lo uno pueda sobrevivir mecánicamente como consecuencia del otro. Una sociedad sana debe plantearse, como objetivo ineludible, el desarrollo conjunto de todas las personas y de toda la persona.
La necesaria combinación del plano personal con el plano social en un desarrollo a escala humana obliga a estimular la autodepencia de los diversos niveles individual, grupal, local, regional y nacional. Las relaciones de autodependencia, tienen mayores efectos sinérgicos y miltiplicadores cuando van de abajo hacia arriba: es decir, en  la medida en que la autodependencia local estimula  la autodependencia regional y esta estimula la nacional.
La escala humana, es una escala donde lo social no anula lo individual sino que, por el contrario, lo individual puede potenciar lo social. La autodpendencia no esta en políticas de un único modelo a manos del estado, sino como producto de la diversidad de proyectos individuales y colectivos capaces de potenciarse entre si, el estado debe abrir espacios de participación a distintos actores sociales para que se consoliden proyectos autónomos.
 Un sistema económico que distribuya recursos a las necesidades de los distintos grupos y sectores sociales son requisitos indispensables para la promoción de un estilo de desarrollo como el que aquí de propone.
Resulta imprescindible diseñar políticas para apoyar el desarrollo, mediante la aplicación de programas de capacitación; crédito, y asistencia técnica a los pequeños productores urbanos y rurales privilegiando específicamente a micro organizaciones capaces de decidir y dirigir sus proyectos por si mismos, de manera colectiva y solidaria.


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